ELEMENTOS QUE REQUIEREN LOS TOMATES:
Macronutrientes
Potasio (K)
Este elemento es necesario en el tomate para la
formación de tallos y frutos, síntesis de
carbohidratos, aumento de sustancias sólidas,
coloración y brillantez de los frutos. Ayuda a
eliminar la acción perjudicial de otros elementos,
favoreciendo la asimilación de los minerales
esenciales. Su carencia se manifiesta en la reducción
del crecimiento de los tallos. El K juega un papel
importante en la cantidad de azúcares que acumula
el fruto; al igual que el fósforo, el K ayuda a
aumentar la cantidad de materia seca y vitamina C.
Nitrógeno (N)
Es el principal elemento nutritivo en la formación
de órganos vegetativos de la planta. El tomate es
sensible a la deficiencia de nitrógeno en la fase
vegetativa y durante la maduración.
La falta de este elemento afecta el desarrollo de la
planta, el follaje se vuelve verde pálido o amarillo,
las hojas jóvenes y las ramificaciones son finas. Se
produce un florecimiento tardío y disminución en el
peso de los frutos. El exceso de N desequilibra la
disponibilidad de K y
P, y trae como consecuencia un excesivo desarrollo
vegetativo en perjuicio de la fructificación; se
producen frutos huecos y livianos, con poco jugo,
pocas semillas, tallos suculentos, las hojas crecen
excesivamente y la planta se vuelve susceptible a
enfermedades. En suelos arenosos se debe adicionar
abonos orgánicos y fraccionar el fertilizante.
Calcio (Ca)
Este elemento estimula la formación de raíces y
hojas. Es esencial para las paredes celulares, provee
energía a las células y regula el flujo de nutrientes
hacia ellas.
La deficiencia de calcio provoca marchitamiento de
la planta, muerte de la parte superior del tallo y de
los puntos de crecimiento.
Investigaciones realizadas indican que la pudrición
apical se debe a una deficiencia localizada de
calcio, los frutos en estado verde sazón muestran el
tejido de la base hundido y duro, su color cambia de
verde a negro.
Las deficiencias se manifiestan en suelos muy
ácidos o con poca humedad.
Azufre (S)
Este elemento es vital para el crecimiento de la
planta y para el desarrollo de proteínas y semillas.
Participa en la formación de ácidos amínicos,
vitaminas y clorofila. Facilita la asimilación del N.
El contenido de azufre en los suelos orgánicos
puede llegar a ser hasta el 1%, mientras que en los
suelos inorgánicos fluctúa entre 0.02 y 0.2%. En
regiones de alta precipitación el azufre es eliminado
de la capa superficial del suelo.
Los síntomas visuales de deficiencia de azufre son
amarillamiento intervenal en las hojas, se enrojecen
los pecíolos y tallos, hay entrenudos más cortos y
hojas más pequeñas.
Las hojas más jóvenes y próximas a las yemas son
las más afectadas; bajo condiciones de deficiencia
no sólo se reduce el rendimiento, sino también la
calidad de los frutos.
Magnesio (Mg)
Es un componente de la clorofila, es el pigmento verde
de las plantas. La clorofila es esencial para el proceso
de fotosíntesis, en el cual las plantas combinan dióxido
de carbono y agua para formar azúcares.
Las deficiencias se presentan con más frecuencia en
suelos ácidos, arenosos, deficientes en calcio. En la
etapa de crecimiento aparece clorosis en la punta de
las hojas inferiores, evidenciándose entre las
nervaduras, pero en estados avanzados toda la hoja
se torna de color amarillo. Este síntoma se extiende
a las hojas medias, en la etapa de fructificación, la
clorosis se hace más evidente, y las hojas más bajas
de la planta adquieren un color morado.
Fósforo (P)
En el cultivo de tomate es necesario aplicar este
elemento antes del transplante o a la siembra,
debido a que posee problemas de asimilación por
parte de las plantas. Una buena disponibilidad de
fósforo acelera el desarrollo radicular de la planta,
la fructificación es temprana, mejora la producción
y la calidad del fruto.
La falta de fósforo disminuye la absorción de
nitrógeno, provoca la reducción del crecimiento,
reduce la floración, fructificación y desarrollo de
los frutos. Los síntomas más característicos de la
deficiencia en fósforo son la coloración rojiza o
púrpura (violáceo) en las hojas jóvenes y en el
envés o parte dorsal de las hojas
Micronutrientes
Es un grupo de elementos químicos necesarios para
el buen desarrollo de las plantas. La carencia de un
microelemento puede ser provocada por el exceso
de otro, que realiza sobre la planta una acción de
bloqueo. El pH del suelo también influye: un pH
alto (7.5) provoca la carencia de manganeso (Mn),
cobre (Cu), zinc (Zn), hierro (Fe), boro (B),
molibdeno (Mo) en la planta; un pH bajo (<5.5)
puede provocar carencia de molibdeno.
En los suelos arenosos puede haber ausencia de
manganeso, cobre, zinc, boro, molibdeno y azufre,
ya que son lavados con facilidad.
Los microelementos que más exige el tomate son:
boro, manganeso, zinc y hierro.
Boro (B)
Es esencial para la buena polinización, favorece el
cuajado de flores y frutos y el desarrollo de la
semilla. Interviene en la división celular,
traslocación de azúcares, almidones y metabolismo
de carbohidratos y proteínas.
Su carencia perturba el crecimiento celular,
provocando la muerte en los puntos de crecimiento,
tanto en el tallo como en la raíz. Se observa también
un retraso en el desarrollo de las yemas florales,
desintegración del tejido radicular y destrucción y
ennegrecimiento de los tejidos más blandos.
El exceso de boro produce clorosis y quemaduras
en los bordes de las hojas y los tejidos adquieren un
color negro oscuro, corteza hinchada, frutos
deformes que maduran prematuramente.
Manganeso (Mn)
Además de fomentar resistencia contra plagas y
enfermedades, el manganeso actúa como
catalizador en las acciones enzimáticas y
fisiológicas; además se relaciona con la respiración
y la síntesis de clorofila.
La deficiencia se observa como una decoloración
verde pálido y manchas cloróticas de tejido muerto
entre las nervaduras de la hojas jóvenes. En las
hojas viejas, aparecen manchas intervenales
bastante difusas, no se observa una separación entre
el tejido sano y el clorótico.
La deficiencia ocurre en suelos sumamente
limosos, las hojas más jóvenes se observan
similares a las que tienen deficiencia de hierro, con
la excepción que las venas se conservan verdes.
Zinc (Zn)
Es un elemento de gran importancia en el
crecimiento y producción; puede llegar a actuar
como limitante en la realización de estas funciones
si la disponibilidad es escasa. La deficiencia se
observa con mayor frecuencia en suelos arenosos y
con alto contenido de fósforo.
Actúa como elemento regulador de crecimiento, su
deficiencia puede llegar a causar reducción en la
longitud de los entrenudos y alteraciones en el
tamaño y forma de las hojas, causa total
deformación en las hojas nuevas. Los entrenudos se
reducen considerablemente de tamaño, lo que hace
aparecer hojas de crecimiento terminal agrupadas
Deficiencia de boro (muerte del ápice) en forma de roseta.
Hierro (Fe)
El hierro tiene funciones específicas en la
activación de los meristemáticos; la formación de la
clorofila está relacionada con la presencia de este
elemento; interviene en los procesos enzimáticos y
se encuentra asociado con la síntesis de la proteína
cloroplasmática, actúa como catalizador en muchos
procesos de tipo metabólico.
Las deficiencias de este elemento se presentan
primero en las hojas jóvenes de la planta; se detiene
el crecimiento al no haber movimiento del
elemento de las hojas adultas a los meristemos. Las
hojas jóvenes presentan una clorosis que se
extiende a todas ellas; finalmente se presenta una
coloración totalmente blanquecina.
En los suelos de textura gruesa, de bajo contenido
de materia orgánica y con elevado pH, es donde
más se observa la deficiencia de hierro.